Siéntete como en casa. Pasa, y si lo deseas, toma un cojín y ponte a meditar con nosotros. Si no puedes hacerlo físicamente, recuerda que la mente es ilimitada y basta con solo imaginarlo. Sí, a veces nos cuesta; la mente del principiante (todos nosotros) es poco disciplinada y tiende a dispersarse. Por fortuna, y para alegría de todos, incluso el uso de las nuevas tecnologías pueden ser traídas al camino del Dharma. ¡Que nos lo digan a quienes nos conectamos (cuando podemos) a las sesiones por Zoom que ofrece nuestro monasterio raíz Dag Shang Kagyu! Una gozada. Pero hay más, y para muestra, un botón (en este caso, un link): una querida compañera de la sangha nos ha preparado esta espectacular visita virtual a nuestro Centro.
No tienes más que disfrutarla. ¿Puedes sentirlo? ¡Pero si casi podemos abrazarnos!
Accede a través del siguiente link: