Empieza septiembre con una mente en calma y atenta

Del Libro: Aprendiendo de los Lamas – por Sangye Khadro

La postura de meditación

La mente y el cuerpo son interdependientes. Puesto que el estado de la primera afecta al segundo, en la meditación se enfatiza una postura correcta al sentarse. La postura de los siete puntos, utilizada por expertos meditadores desde hace siglos, se recomienda como la mejor manera de conseguir un estado mental claro y en calma.

Las piernas

La mejor posición para la meditación es la postura vajra, o posición de loto completo, donde cruzamos las piernas con cada pie situada encima del muslo contrario, con la planta del pie hacia arriba. Esta posición es difícil para muchas personas, pero con la práctica del yoga o de ejercicios de estiramiento puede aflojar tus piernas lo suficiente como para sentarte en esta posición durante un breve periodo de tiempo; la práctica continuada te permitirá mantenerla durante periodos más largos.

La postura vajra ofrece el mejor apoyo para el cuerpo, pero no es esencial, así que no te preocupes si no eres capaz de conseguirla. Una posición alternativa es la de medio loto, donde el pie izquierdo está en el suelo, debajo de la pierna derecha y el pie derecho está sobre el muslo izquierdo. También te puedes sentar en una sencilla postura en la que cruzas los pies y sitúas ambos pies en el suelo. Con una esterilla o alfombra debajo y un cojín o dos bajo las nalgas, podrás sentarte cómodamente durante largos periodos, con la espalda recta y evitando el entumecimiento en las piernas y los pies. Si no puedes sentarte en ninguna de estas posiciones de piernas cruzadas, puedes meditar en una silla o en un banco bajo y ligeramente inclinado. Lo importante es estar cómodo.

Los brazos

Mantén las manos sueltas en el regazo, a unos cuatro centímetros por debajo del ombligo, la mano derecha sobre la izquierda, las palmas vueltas hacia arriba, con los dedos alineados. Las dos manos deben estar ligeramente curvadas para que las puntas de los pulgares se unan formando un triángulo. Los hombros y brazos deben estar relajados. Tus brazos no deben hacer presión contra el cuerpo, sino mantenerse unos centímetros separados para permitir la circulación del aire; esto ayuda a prevenir el adormecimiento.

La espalda

La espalda es lo más importante. Deberá estar en línea recta, relajada y ligeramente estirada como si las vértebras fueran un montón de monedas apiladas una sobre la otra. Tal vez sea difícil al principio, pero con el tiempo se volverá natural y te darás cuenta de los beneficios: tu energía fluirá más libremente, no sentirás pereza y podrás permanecer cómodamente sentado para meditar por periodos de tiempo cada vez más largos.

Los ojos

A menudo las personas que empiezan a meditar encuentran más fácil concentrarse con los ojos completamente cerrados. Esto es aceptable. Sin embargo, se recomienda dejar los ojos ligeramente abiertos para permitir la entrada de un poco de luz, y dirigir la mirada hacia abajo. Cerrar los ojos puede ser una invitación a la pereza, al adormecimiento o a soñar despierto, y todo ello es un obstáculo a la meditación.

La mandíbula

Tu mandíbula debe estar relajada y los dientes ligeramente separados, no apretados. La boca también tiene que estar relajada, con los labios tocándose ligeramente.

La lengua

La punta de la lengua debe tocar el paladar, justo detrás de los dientes superiores. Esto reduce a la segregación de saliva y, por tanto, la necesidad de tragarla, los cuales pueden distraerte a medida que tu concentración aumenta y permaneces sentado en meditación más tiempo.

La cabeza

La cabeza debe inclinarse ligeramente hacia abajo para que tu mirada quede dirigida de forma natural hacia el suelo, frente a ti. Si tu cabeza está demasiado levantada, puede que tengas problemas de dispersión y de agitación mental; si está demasiado inclinada hacia adelante, podrías experimentar pesadez mental o adormecimiento. Esta postura de los siete puntos es la más favorable para una meditación clara y sin obstrucciones. Puede que la encuentres difícil al principio, pero es una buena idea detenerse en cada punto, al comienzo de cada sesión, e intentar mantener la postura correcta durante unos pocos minutos. Con el hábito, se hará más natural y empezarás a notar sus beneficios. La práctica de hatha yoga u otras disciplinas físicas puede ser de gran ayuda para relajar músculos y articulaciones, permitiéndote sentarte con más comodidad. No obstante, si no te adaptas a sentarte con las piernas cruzadas, puedes llegar a un término medio entre una postura perfecta y un estado relajado para, de ese modo, mantener tu cuerpo y mente felices, cómodos y libres de tensión.

Acerca de KSCH

Somos un centro budista vajrayana, radicado en Las Palmas de G.C., dependiente del Monasterio Dag Shang Kagyu de Huesca. Seguimos el linaje shangpa, traído a España por S. E. Kalu Rinpoche.
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