
Uno de los obstáculos más frecuentes que encontramos a la hora de meditar en estos tiempos tan atareados y llenos de estrés, es la falta de un entorno adecuado. ¿Cómo hacerlo en medio de tanto barullo, de tantas interrupciones, de tanta invasión mediática en nuestras vidas? El solo hecho de poder sentarnos unos minutos a observar nuestra respiración nos parece una quimera. En consecuencia, apartamos esta idea de nuestra mente y dejamos pasar la oportunidad de dedicar ciertos momentos del día a la valiosa práctica de la meditación.
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